lunes, 19 de junio de 2017

Near death (Capítulo IV)

Capítulo IV

Exactamente después de esa estrecha curva algo de aguzado había sido colocado por el querer del destino en esa desolada y sedosa landa blanca. Apenas viró, su esquí derecho se colisionó en ese objeto contundente y, por la velocidad que había tomado, se rompió por la mitad. Alban cayó sobre la nieve, afortunadamente había sido un golpe blando, una suerte que fue breve, porque su cuerpo empezó a rodar hacia el descenso, hacia el precipicio, como un niño que está jugando. Pero no era un juego, era algo peor. 
Percibió varios golpes, blandos y férreos, en todas partes. Sus piernas, sus brazos, su espalda, pero afortunadamente los brazos protegieron su cabeza, hasta que, de improviso, no sintió nada. Abrió inmediatamente los ojos, miró su alrededor y luego hacia abajo. Su vista se anubló. Una infinidad de metros se mostraron debajo de él, si hubiera caído su cuerpo se habría aplastado como un tomate muy maduro o quebrado como un huevo. Su corazón latía fuera de control, la batería de un rockero. Su mano estaba aferrando con seguridad uno de los bastones de los esquís gracias al cual había detenido su caída, su cuerpo estaba colgando de la cintura para abajo hacia el vacío. 
Pensó a su abuelo, al fin él tenía razón. No podía seguir retando el destino y salir siempre ganador. Este tipo de pasatiempo había cambiado, ahora se había transformado en un desafío contra la muerte. ¿Por qué mencionar eso? Oh, bueno, porque en el momento que trató de izarse el bastón se rompió y su cuerpo empezó a deslizarse hacia abajo. Pronto su cuerpo fue arrastrado hacia abajo, como si algo lo estuviera jalando por los tobillos. Agitó las manos, trató de izarse, pero se deslizaba siempre más hacia abajo. En menos de un segundo solo las manos permanecieron en vista, después desapareció en el vacío. Hacia el fin.

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