lunes, 15 de enero de 2018

Mortal love (Capítulo IV)

Capítulo IV

«Buenas noches, Addy, Lucas, los veo bien… Bueno, y elegantes», dijo el propietario, echando un ojo a la ropa de Lucas.
Como era de imaginar de un pizzero tradicional, era macizo, su barriga era bien apretada por un mandil moteado de harina por todos lados. Era bastante viejo, el justo para que su cabello fuera invadido más de pelos grises que de su color natural y su larga sonrisa acentuaba aún más las arrugas en los ángulos de su boca como patas de arañas.
Lucas observó Addy por el rabillo de su ojo y actuó rápidamente. Palmeó dos veces su pecho izquierdo, donde estaba el bolsillo interior de la casaca, y enseñó a Tom un pequeño círculo con su índice y pulgar. Luego movió los labios, formando una palabra, bien articulada. El todo fue en una frecuencia de dos segundos, Addy no se dio cuenta.
Los ojos de Tom se alumbraron. «Vamos, elijan la mesa que más le gusta»
«La mesa de siempre estará bien», contestó Lucas.
«Acomódense entonces, les voy a preparar las pizzas de siempre», dijo y se fue hacia la cocina.
Educadamente Lucas apartó una de las sillas de la mesa y permitió que Addy se sentara. Un indicio más para que la mente de ella pudiera asociar cada pieza de ese rompecabezas.
«Voy un momento al baño», dijo Lucas, ella asintió con una sonrisa.
Lucas se dirigió hacia el baño, pero no era esa su intención. Los baños estaban exactamente en la misma dirección de la cocina, si seguía llegaría al baño de los clientes.
«Oye, Tom, hazme un favor.» entabló Lucas, vadeando la puerta de la cocina.
«Lucas, pero es fantástico, al fin…»
«Más despacio o te va a escuchar», lo interrumpió nerviosamente, asomándose por la puerta y observando hacia su mesa. «Hazme un favor, Tom»
«Obviamente, ¿cuál?»
«¿Podrías hacer una única pizza grande? Como si fuera dos en una»
«Claro que sí»
«Bien, y una cosa más», siguió Lucas.
«Adelante», asintió Tom, agregando una masa más a la primera pizza que estaba modelando.
«¿Habría una manera para poner la pregunta en la pizza?»
«Uhm…» pensó mientras aplastaba la masa. «Con el queso no saldrá… Tal vez con el salame, lo que más le gusta a ella. Pediré que Clark me ayude»
«Perfecto, gracias», sonrió, estaba emocionado.
«Ni hablar, Lucas, estoy feliz para ustedes»
Lucas sonrojó y salió de la cocina. Lucas había hecho sentar Addy en la silla que le había permitido dar la espalda a la cocina y al baño, de tal manera para pasar desapercibido. 
«Espero que no se tarde mucho. Me muero de hambre», comentó Addy cuando Lucas volvió y se sentó delante de ella.
«Deberías comer por lo menos un bocadillo durante la tarde», la retomó afectuosamente.
«No si después voy a comer pizza, mi estómago tiene que estar vacío. Debo aprovechar de esa exquisitez», dijo ella, observando las pocas personas que estaban paladeando su plato preferido.

Cerró los ojos, una segunda lágrimas descendió de su mejilla.

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