lunes, 25 de julio de 2016

The unexpected meeting (Capítulo XIV)

Capítulo XIV

Varias personas se habían detenido alrededor de los dos muchachos, en la mano tenía celulares de cada marca, entre las más costosas obviamente, y prontamente estaban grabando lo que estaba aconteciendo frente a ellos. Muchos de ellos se convencieron que fuera obra de uno espectáculo con unos efectos especiales de un cierto rango, pero nadie podía imaginar cuanto fuera real o tal vez sus cerebros no quería aceptar que lo que estaba delante de ellos era más real que el aterrizaje en la luna. Por consiguiente exultaron, aplaudieron y silbaron cuando el chiquillo forzudo aferró con una sola mano casi la mitad del auto que había derribado y la lanzó como si fuera una pelota de baseball.
El pedazo de metal se roció como fuegos artificiales en una noche obscura y varias astillas de metal estuvieron a punto de golpear también a algunos espectadores, mostrándoles en modo fatal la realidad. La barrera de x-4 lo había de nuevo salvado, pero no podía calcular cuánto más habría durado. Tenía miedo, pero la seguridad y la resolución que las palabras pronunciadas por su hermano le habían hecho brotar en su corazón, le había ofrecido bastante empuje para que su cuerpo se arroje hacia él y con apáticos puños se preparó a golpearlo.
X-4 era débil, endeble y sin resistencia, pero no era estúpido. Sabía que al contacto de su piel sus manos se habría pulverizado como manos de arena, por lo tanto las había rodeado con sus invisibles y resistentes escudos, privando su cuerpo de su defensas.
El cuerpo de x-5 empezó a echarse atrás como si alguien lo empujara, distintos punto de su cuerpo se hundieron levemente hacia el interno, como dejar huellas en la arena mojada, hasta que el último golpe lo derribó hacia atrás. El hermano trastornado y estupefacto por sus ataques no totalmente débiles, aferró y arrancó un neumático del auto casi diseccionado y lo lanzó con toda su fuerza sobrehumana.
La rueda zumbó a toda velocidad ante los ojos incrédulos del gentío excitado y centró el enclenque abdomen de x-4, empujándolo violentamente diez metros hacia atrás. Aterrizó sobre un grupo de adolescentes que atraídos por el espectáculo se habían adentrado unos metros dentro de la arena de los dos hermanos, sus gritos mostraron al gentío la evidencia de los acontecimientos.
X-5 se limpió una gota de sangre que estaba descendiendo de su boca y empuñó una farola arrancándola de la acera como mala hierba, oscureciendo el haz de luz que emanaba. Por primera vez una pequeña parte de la ciudad, aparte de los callejones, conoció la oscuridad. Corrió hacia su hermano y se detuvo unos metros antes, reclinó impetuosamente la farola hacia él, como si fuera un martillo, y lo envió hacia el clavo, x.4, comprendiendo los jóvenes que se encontraban con él.
Unos gritos de terror resonaron en aquella calle, tan poderosos que sometió los ruidos ensordecedores de la ciudad, los cuales poco a poco parecieron enmudecerse y dejar espacio a aquel espectáculo de ciencia-ficción que pronto habría acabado en una escena del crimen, si x-4 no hubiera erigido una vez más una de sus ficticias barreras. La farola se dobló como un arco, cercando la barrera como si fuera una cúpula. X-5, aún más enfurecido, martilló varios golpes hacia ella, hasta que la farola se destruyó y la invisible consistencia del escudo empezó a titubear.
X-4 estaba agotado y fue una ocasión que el hermano no se dejó perder. Corriendo acortó aquella poca distancia que había y con un salto trató de aterrizar con uno de sus divinos puños en la barrera. Pero antes que pudiera acercarse lo suficiente para golpearlo, x-4 levantó su brazo y cerró el puño como si agarrara algo, y de repente x-5 abrió de par en par los ojos y se llevó la mano hacia su garganta, su rostro y su cabeza. Sin embargo ni consiguió acariciarla, algo se lo impedía, como si una esfera de vidrio la encerrara. Incapacitado de respirar, perdió el control de su cuerpo y se desplomó.
X-4 se levantó, tambaleando a cada su movimiento, y trató de alejarse lo más posible de aquel área. Entretanto su hermano golpeó desesperadamente la esfera que aprisionaba su cabeza, pero más energía consumaba más oxigeno quemaba, y a pesar que aquella pelota estuviera iniciando a temblar y a dibujarse con finas grietas, no habría hecho en tiempo en liberarse antes de morir asfixiado.
X-4 se volvió y vio como su hermano se deslizaba hacia el piso con pequeñas convulsiones borrascosas. Permaneció con la mirada fija hacia él y lo observó hasta que su cuerpo dejó de moverse. Último ligeros sobresaltos se manifestaron como si fuera un viejo juguete mecánico roto y x-4 al fin dispersó la pequeña esfera que encarcelaba su cabeza.

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