lunes, 27 de noviembre de 2017

Human error (Capítulo IX)

Capítulo IX

Se detuvieron frente a la pared de asfalto que se había levantado. La profesora izó a Abraham y lo ayudó a treparla, en seguida saltó y se agarró a los bordes. Probó a elevarse, pero era indudable por sus esqueléticos brazos que no poseía la mínima fuerza para izar su, asimismo, cuerpo esbelto. No podía por su cuenta y su fin sería indiscutiblemente inevitable. Sin embargo, Abraham aferró rápidamente sus brazos y empezó a tirarla hacia arriba. Se sentía culpable, sabía que por su culpa había asesinado casi literalmente el conductor del bus y no quería que sucediera también con su tutora. Afortunadamente era un chiquillo de secundaria y aunque no hubiese sido un tipo ligeramente atlético lo lograría igualmente, solo con un poco de esfuerzo y con tres venas lista para estallar.
«Gracias, vamos.» volvieron a correr.
Era una fatal cuenta atrás, la diga no permanecería intacta por mucho tiempo. La pista era ya como
una larga alfombra hecha de galletas secas, cada peso sobre ella ayudaba aún más su colapso. El agua desbordaba incansablemente y en cambio de disminuir estaba aumentando aún más, la cavidad se había alargado y seguía dilatándose como un insaciable agujero negro, hasta que un vigoroso rugido resonó en el cielo. Tembló todo, la pista se convirtió en un espectro y la diga se desmoronó por completo. La profesora y Abraham ya no percibieron una base sólida debajo de sus pies, su sentido de sobrevivencia los ordenó de saltar.

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